Mujeres y ciencias: El talento es universal, las oportunidades no
En Chile apenas el 19% de la matrícula de primer año de las llamadas carreras STEM está representada por mujeres. La bioquímica Komal Dadlani nos da su punto de vista sobre los factores que incluyen en estos resultados y cómo cambiarlos.
El talento es universal, pero las oportunidades no. Lamentablemente, esta es una frase que nos hace mucho sentido cuando revisamos las bajas cifras de participación femenina en las áreas STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas).
Según el último Informe sobre Brechas de Género en la Educación Superior, elaborado por la Subsecretaría de Educación Superior, apenas el 19% de la matrícula de primer año de las llamadas carreras STEM está representada por mujeres, mientras que el 81% está ocupada por hombres, lo que significa una diferencia de más de 60 puntos porcentuales. Este año el panorama cambió levemente, ya que tres de cada diez personas matriculadas son mujeres. Aun así, la diferencia sigue siendo alarmante.
Diversos estudios científicos han comprobado que no existe ninguna diferencia a nivel de aprendizaje o condiciones intelectuales que impidan a las mujeres dedicarse a profesiones o roles de este tipo, pero la diferencia queda patente en los colegios, cuando debido a estereotipos y sesgos de género, las niñas son incentivadas a dedicarse a tareas relacionadas con humanidades o servicios, mientras que los niños son orientados hacia la lógica y la ejecución.
El problema que sigue a futuro es que, aunque existen mujeres que logran superar estos sesgos, en la adultez se topan con un fenómeno que en inglés se conoce como el “STEM leaky pipeline” o fugas de escape, donde a medida que avanzan en sus profesiones, empiezan a desertar debido a factores como la imposibilidad de conciliar el trabajo con la familia o la falta de tiempo para obtener mayores grados académicos. Y mientras ellas se quedan atrás, los hombres avanzan y progresan.
Por eso, cuando celebramos una nueva versión del Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia con el propósito de lograr un acceso y participación equitativos, tenemos que reconocer que esa falta de igualdad se debe a múltiples factores, culturales y estructurales, aún presentes en nuestra sociedad.
Romper el modelo requiere también de varias acciones. Desde la infancia, es primordial que los colegios cuenten con laboratorios para fomentar la enseñanza de las ciencias y que los profesores no apliquen diferencias de género. De acuerdo a un estudio realizado por Lab4U y la Universidad de Chile, las estudiantes mujeres logran un mayor entendimiento de la física al utilizar las herramientas y soluciones experimentales de nuestra aplicación que convierte los smartphones en laboratorios portátiles, con una diferencia significativa entre ambos géneros. Además, la UNESCO asegura en su reporte de 2019 “Descifrar el Código: La Educación de las Niñas y las Mujeres en Ciencias, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas”, que la disponibilidad de equipos y materiales es fundamental para estimular el interés de las niñas y realzar el aprendizaje en las asignaturas STEM. Existe una asociación directa entre el acceso a recursos para realizar experimentos y el rendimiento femenino, junto con un aumento del interés en los temas científicos.
Por eso, tenemos que dejar atrás la educación basada sólo en contenidos teóricos y reemplazarla gradualmente por un aprendizaje profundo y significativo. Tal como es imposible aprender a andar en bicicleta sin usar una bicicleta, se necesita de experimentación para que las niñas y adolescentes puedan familiarizarse con las experiencias científicas y decidir si quieren elegirlas como una profesión.
Como sociedad tenemos una tarea todavía pendiente en alcanzar la equidad de género y en lograr que los hombres asuman mayores responsabilidades para que ambos puedan desarrollarse profesionalmente. El escenario actual nos hace perder oportunidades. Así lo afirma ONU Mujeres al plantear que cuando ellas tienen las mismas opciones, pueden realizar contribuciones sustanciales para la sociedad y la economía. Por ejemplo -dicen-, si se multiplicara por dos el ritmo al que las mujeres adquieren habilidades informáticas, podría obtenerse la igualdad de género mucho más rápidamente de lo que auguran las predicciones actuales, y si tuvieran la misma presencia en el mercado laboral que los hombres, se podrían sumar al PIB mundial hasta 28 trillones de dólares, o un 26 por ciento, de aquí a 2025.
El mundo requiere de más mujeres en STEM y además de todo lo expuesto, es fundamental visibilizar con fuerza a las referentes, a esos ejemplos de grandes científicas y líderes que inspiran a otras a seguir este camino y mostrar que es algo factible. Así me ocurrió a mí, y estoy convencida de que trabajando unidos, podemos traspasar la pasión por la ciencia a las nuevas generaciones. Sabemos que los desafíos globales de hoy son cada vez más complejos, y por eso necesitamos de diversidad y habilidades para enfrentarlos con eficacia.
Fuente Forbes
