Inteligencia artificial y la nueva era de la productividad ¿amenaza u oportunidad?
La inteligencia artificial impactará en la productividad empresarial y conllevará importantes cambios en las sociedades. Para Mónica Tala debe dejarse de ver a la IA como enemigo y convertirla en una asistente clave.
Vivimos inmersos en una era digital donde la inteligencia artificial (IA) está transformando la forma en que trabajamos, producimos y vivimos. Pero, en los últimos tiempos, se ha puesto sobre la mesa un amplio debate sobre si la IA contribuye a la productividad o si se convierte en una amenaza para los empleos.
Según un estudio de McKinsey Global Institute, la inteligencia artificial podría aumentar la productividad global en un 1,4% para 2030. Esto equivale a un aumento de 15,4 billones de dólares en el producto interno bruto mundial.
La IA ha llegado para quedarse. Su influencia en la productividad es innegable y promete cambios significativos en nuestra sociedad. Sin embargo, esta revolución tecnológica plantea tanto oportunidades como desafíos que merecen una reflexión profunda.
Por mencionar algunos ejemplos, en la industria manufacturera, los robots y sistemas de automatización basados en IA están aumentando la eficiencia, reduciendo errores y disminuyendo los costos laborales.
En la fabricación, la IA se está utilizando para automatizar tareas como la inspección de productos y el control de calidad. En el transporte, para desarrollar vehículos autónomos, que podrían reducir los accidentes.
En el ámbito de la atención médica, los diagnósticos asistidos por IA mejoran la precisión y la rapidez de los resultados, lo que salva vidas y reduce la carga de trabajo de los profesionales de la salud. En el sector financiero, los algoritmos de IA pueden analizar grandes volúmenes de datos en cuestión de segundos, tomando decisiones acertadas y optimizando las inversiones.
¿ALIADA O ENEMIGA?
En la era en que vivimos, donde la revolución tecnológica toma la delantera, es importante que dejemos atrás los miedos a lo desconocido y usemos la tecnología en nuestro favor. En este plano, la IA debe dejar de verse como un posible enemigo, para ampliar la mirada y entender que podemos convertirla en un asistente clave a la hora de incrementar nuestra productividad.
Un estudio realizado por economistas del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) reveló que el uso de ChatGPT puede aumentar la productividad y mejorar la calidad del trabajo en un 40% y 18%, respectivamente.
Pero ¿cómo afrontar el desafío que nos presenta la nueva era digital? Para prepararnos para el futuro del empleo, el primer paso que debemos dar es perder el miedo a lo desconocido y para esto la primera regla es el conocimiento.
Invertir en educación y capacitación para ayudar a las personas a aprender nuevas habilidades, como programación, análisis de datos y pensamiento crítico debe ser una responsabilidad asumida en conjunto tanto desde el sector público como el privado.
Incluso, se advierte la creación de nuevos puestos de trabajo a medida que la IA continúe desarrollándose y estos requerirán habilidades diferentes a las que se necesitan actualmente en el mercado laboral. Los empleados tendrán que estar preparados para adaptarse a los cambios. Según un informe del World Economic Forum las competencias más demandadas por las empresas incluyen el pensamiento analítico y creativo, seguido de la alfabetización tecnológica, la curiosidad y el aprendizaje permanente, la resiliencia y la flexibilidad, el pensamiento sistémico y la IA y los macrodatos.
No caben dudas de que el futuro del trabajo será disruptivo. El foco debe estar puesto en encontrar un equilibrio entre la automatización y la colaboración entre humanos y máquinas. La IA puede hacer que las tareas repetitivas sean más eficientes, liberando tiempo para que los empleados se centren en tareas que requieran creatividad, empatía y juicio humano.
La Inteligencia Artificial no es el futuro, es el presente y es tiempo que aprendamos a sacar provecho de los beneficios que puede traer a nuestras vidas. La clave está en aprovechar los beneficios de la IA mientras garantizamos que sea una herramienta para el progreso y la equidad en lugar de un obstáculo.
Fuente Forbes
