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Qué hizo esta biotech chilena para llamar la atención de grandes laboratorios del mundo y adentrarse en la ingeniería genética

Qué hizo esta biotech chilena para llamar la atención de grandes laboratorios del mundo y adentrarse en la ingeniería genética

Desde un laboratorio en Puerto Varas, al sur de Chile, se fabrica un producto para la detección de drogas que fue implementado por el FBI de Estados Unidos. Pero Kura Biotech quiere abarcar mucho más.

Manuel Rozas tenía claro que lo que quería emprender lo haría en el lugar en el que quisiera vivir, y no en el que le tocara vivir. Tras titularse como biólogo, con una mención en bioprocesos, también tenía claro que con su trabajo quería darle circularidad -es decir, nuevos usos- a productos biológicos ya existentes. Su elección: los descartes de la acuicultura, una importante actividad económica en el país. Así que su punto de inicio fue el sur de Chile, específicamente Puerto Varas, y la pregunta que se hizo fue: “¿Qué descarte de la acuicultura podemos trabajar para que sea de utilidad en los laboratorios?”.

Así dio con el abalón, un molusco que se cultiva al norte y al sur de Chile y que es uno de los más caros del mundo. Al momento de su cosecha, se desechan la concha y las tripas, y es de esas tripas que Rozas extrajo una enzima para la industria de la toxicología en la detección de drogas. Así nace Kura Biotech, en el año 2013.

Rozas lanzó el primer producto de Kura Biotech, Finden, que desarrolló con 400.000 dólares de capital propio y con ayuda de la Corporación de Fomento de la Producción (Corfo) y empezó a crecer muy rápido, lo que permitió que la compañía fuera rentable casi de inmediato, cuenta su fundador. Comenzaron a comercializar a Estados Unidos y Europa principalmente, y en uno de los congresos en los que participaban llamaron la atención de los departamentos de policía y Fuerzas Armadas de Estados Unidos, e incluso, del Buró Federal de Investigaciones (FBI) que se convirtieron en sus clientes.

Del abalón pasaron a crear y trabajar con enzimas sintéticas, llamadas recombinantes, hasta llegar a la que desarrollan actualmente -B-One-, que permitió que el proceso de incubación enzimática pasara de doce horas a cinco minutos.

“Mi trabajo inicial era identificar protocolos de purificación de enzima. Una vez que lo encontré, la implementé en un laboratorio en la pieza de mi casa, ahí logré purificarla y estabilizarla. Y cuando inicia Kura Biotech, empezamos a colaborar con distintos laboratorios, con capacidades propias que fuimos montando, e incorporando cada vez más tecnología”, dice Rozas a Forbes Chile.

DE LA TOXICOLOGÍA A LA GENÉTICA

De la industria de toxicología -que ellos estiman que mueve hasta 35 billones de dólares a nivel global- pasaron a la industria de detección de patógenos -de 9,5 billones de dólares- y de la genética “que tiene un total potencial de entre 15 a 20 billones de dólares y es la industria del futuro. La proyección es que la ingeniería genética va a ser para la humanidad en los próximos 30 años lo que la informática ha sido en estos 30 que han pasado”, asegura Eduardo Wallach, CEO de Kura Biotech.

Tras estar cinco años enfocados en la detección de drogas, decidieron expandirse hacia mercados con mayor proyección y a la tecnología asociada a la genómica e ingeniería genética. Y así surgieron dos marcas más además de Finden: Blikka y Avenire.

“Supongamos que tú eres un usuario y tu doctor te pide que te hagan un secuenciamiento de un tumor cancerígeno, y quieren secuenciar la muestra del tumor para tener información precisa; te van a tomar muestra y la van a pasar por un secuenciador genético que va a permitir leer el código genético de esa muestra. Para poder hacer ese proceso, hay que preparar la muestra en varias etapas y una de esas ocupa una polimerasa de alta fidelidad, es a lo que se refiere Blikka”, explica Wallach.

“La otra etapa en la que se va a empezar a tratar el cáncer es con terapias de edición genética donde van a tratar una leucemia modificando genéticamente las células. Para poder hacerlo hay que intervenirlas con material genético diseñado en un laboratorio y, después, producirlo. Es en ese proceso de producción que van a tener que sintetizar DNA o RNA, que nuestro organismo lo hace con procesos biológicos, y aquí lo van a tener que hacer en un laboratorio. Eso se llama síntesis de DNA y nosotros estamos permitiendo aplicar estas técnicas de manera masiva con herramientas más sofisticadas y más sustentables con el medioambiente”, añade el CEO de la biotech.

Para estos procesos, destacan la implementación de la inteligencia artificial (IA), cuyo el impacto en la biotecnología consideran que “es tanto o más relevante que lo que tiene en la informática; porque hay todo un mundo de proteínas, que por los volúmenes de información, son prácticamente imposibles de entender para el cerebro humano y la única manera de hacerlo es a través de la IA”, asegura Wallach.

TEST DE COVID

Al tiempo que trabajaban en el desarrollo de estos productos, llegó la pandemia de COVID-19 y en 2020 Kura lanzó el primer y único kit de detección del virus elaborado, diseñado y producido en Chile, validado por el Instituto de Salud Pública del país. Durante ese período, las ventas de este test llegaron a representar el 30% del revenue total de la empresa y 4 millones de personas fueron testeadas en el producto en Chile.

Actualmente, Kura Biotech se define como el mayor player en producción de enzimas para la industria de detección de drogas a escala global con su producto elaborado desde el sur de Chile y comercializado en Norteamérica, Europa y Asia Pacífico. La proyección es que su revenue se triplique en los próximos tres años con la entrada a estos nuevos mercados. Entre sus clientes se encuentran grandes laboratorios del mundo, que dan servicio de detección de drogas a personas y empresas mediante aplicaciones médicas y laborales, como Quest Diagnostics y Labcorp, Mayo Clinic, Kaiser Permanente; además de los departamentos policiales, seguridad e investigación de Estados Unidos.

REGULACIÓN

Kura Biotech es una empresa certificada como B y parte de Endeavor ¿pero cómo funciona su aprobación y validación como producto? “Son tres áreas de negocio, por lo que son regulaciones distintas. Todo lo que es área de toxicología se hace a través de validaciones por los clientes porque ellos son muy regulados. Los laboratorios de Estados Unidos prueban, validan y verifican que funcione. Por otra parte, todos los productos que vamos desarrollando van siendo patentados según los países en los cuales nos queremos comercializar”, indica Rozas.

Por el lado de detección de patógenos alimenticios, Rozas señala que al tiempo que están teniendo clientes en Sudamérica -inicialmente de la industria salmonera-, están en el proceso de la certificación internacional ante la AOAC. “Y todos los que son de genética actualmente no están con certificación porque son recientes, pero a medida que uno va ingresando en el mercado, uno se mete en procesos de la Organización Internacional de Estandarización (ISO)”, agrega.

Actualmente Kura Biotech está conformada por 70 personas. De estas, el 66% son científicos y el 90% reside en la comuna de Puerto Varas y en los alrededores de la cuenca del Lago Llanquihue y provienen de distintas regiones de Chile y de Estados Unidos.

“Nosotros queremos convertir la cuenca del Lago Llanquihue en un polo internacional de biotecnología, que, además, creemos que será una de las cinco industrias más importantes de Chile y queremos que la Región de Los Lagos y la cuenca sean el núcleo”, finaliza Wallach.

Fuente Forbes

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