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Estar sentado largas horas puede aumentar el riesgo de demencia

Estar sentado largas horas puede aumentar el riesgo de demencia

Pasar demasiadas horas inactivo puede aumentar el riesgo de demencia – esto es lo que recomiendan los investigadores

Un nuevo estudio revela que las personas con un estilo de vida sedentario tienen más probabilidades de desarrollar demencia, sobre todo si permanecen sedentarias durante 10 horas al día o más, sumándose así a una avalancha de investigaciones que demuestran que la mejor forma de combatir esta dolencia geriátrica es el ejercicio.

HECHOS CLAVE

  • Los investigadores de la Universidad del Sur de California y de la Universidad de Arizona examinaron una serie de datos de seguimiento de 49.841 adultos mayores del Reino Unido que llevaban en la muñeca dispositivos que medían el movimiento durante 24 horas al día y a lo largo de una semana.
  • Seis años después de usar los dispositivos, 414 de los adultos habían desarrollado demencia, 250 de los cuales pasaban más de 9,27 horas diarias de vigilia sedentaria y 154 pasaban más de 10,43 horas diarias de vigilia sedentaria, descubrieron los investigadores.
  • Esto significa, según concluyen los investigadores, que pasar unas 10 horas o más del día siendo sedentario está “significativamente asociado” a mayores tasas de demencia.
  • Sin embargo, mientras que el aumento de las tasas de demencia aumenta rápidamente a partir de las 10 horas diarias de sedentarismo, no ocurre lo mismo con índices inferiores, es decir, menos de 10 horas, para los que no se observó un aumento del riesgo de demencia, lo que sugiere que mientras uno mantenga su tiempo de sedentarismo por debajo de las 10 horas, no observará un aumento del riesgo de demencia, según el estudio.

LO QUE SORPRENDE

A pesar del consejo común de interrumpir los periodos largos de inactividad –como el tiempo que se pasa en el escritorio del trabajo o en el sofá viendo la televisión– haciendo pausas breves cada 30 minutos aproximadamente para levantarse y caminar, los investigadores descubrieron que no había diferencia entre ser sedentario durante 10 horas seguidas o 10 horas esporádicas a lo largo del día.

“Esto debería tranquilizarnos a los que tenemos trabajos de oficina en los que pasamos mucho tiempo sentados, siempre que limitemos nuestro tiempo diario de sedentarismo”, afirma David Raichlen, autor del estudio y profesor de la Universidad del Sur de California.

EL OTRO LADO

Aunque el estudio reveló que las personas que pasaban largos periodos de sus días sedentarias tenían más probabilidades de desarrollar demencia, los autores reconocieron que se necesita más investigación para determinar definitivamente si ese comportamiento sedentario es la causa del aumento del riesgo.

El estudio señaló que los resultados podrían haberse visto afectados por una serie de variables que pueden confundir los resultados (o una tercera variable no detectada que podría explicar el aumento tanto de la actividad sedentaria como de las tasas de demencia). Además, los niveles de actividad de los participantes sólo se midieron durante una semana, y es posible que esa semana fueran más o menos activos de lo habitual.

Por último, los investigadores reconocieron que los monitores de muñeca no podían determinar la postura de los participantes, lo que les habría dado una idea más precisa de su nivel de actividad, y recomendaron que en futuros estudios se utilizara un monitor montado en el muslo para recoger esos datos. A pesar de las limitaciones del estudio, sus conclusiones coinciden con las de otros estudios recientes.

UN POCO DE CONTEXTO

Esta investigación es la última de una serie de estudios que han hallado una relación entre la cantidad de ejercicio que hace una persona y su probabilidad de desarrollar demencia. Un artículo publicado la semana pasada en la revista Neuron descubrió que cuando los seres humanos hacen ejercicio, la hormona irisina circula por su cuerpo y reduce los depósitos de un fragmento de proteína llamado beta amiloide en las células cerebrales del paciente que causa el Alzheimer, la forma más común de demencia.

Además, la Alzheimer’s Society encontró 11 estudios que, examinados en conjunto, mostraban que el ejercicio regular puede reducir el riesgo de que una persona desarrolle demencia en casi un 30% y, en el caso concreto del Alzheimer, reduce el riesgo en un 45%.

Aunque la mayoría de las pruebas disponibles apuntan a que el ejercicio es la principal forma de reducir el riesgo de demencia, hay otras cosas que también pueden ayudar. Según un estudio realizado en julio por investigadores de Australia, Chicago y Minneapolis, completar rompecabezas, jugar a las cartas, jugar al ajedrez, asistir a clases de educación para adultos y otras actividades cognitivas estimulantes reducen hasta en un 11% el riesgo de desarrollar demencia a partir de los 70 años.

TANGENTE

Fuera del ámbito de la prevención, también se han producido nuevos avances en el campo farmacéutico. En julio, la Administración de Alimentos y Medicamentos de EE.UU. aprobó un medicamento pionero fabricado por Biogen y Eisai. El Lecanemab pretende ralentizar la demencia eliminando la placa del cerebro. Sin embargo, algunos miembros de la comunidad médica han expresado su preocupación por la seguridad del fármaco.

Fuente Forbes

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